lunes, marzo 13, 2006

NEPAL: UN PRIMER ACERCAMIENTO

Foto: Simpatizantes Maoistas
Nepal es un estado miserable –quiero decir– es un estado de miserables. No he dicho que sean malas personas, digo que éstas –y las eximo de toda culpa– viven miserablemente. Acabo de decir que las eximo de toda culpa y ya me estoy arrepintiendo... ¿Como es posible que, en las miserables circunstancias en las que viven, no se rebelen, no digan ¡Basta ya!?.

Una de las razones que explica el carácter sumiso y obediente de la población nepalí es su mentalidad fatalista, consecuencia directa de la religión hindú. Esta dicta que nada podemos hacer para mejorar nuestras condiciones, que todo depende de los designios de los dioses. Así que, en vez de organizarse en el plano político o político-militar, se organizan en el plano religioso. Jamás he visto pueblo que invierta tanto tiempo en actividades religiosas; parecen más preocupados por el bienestar de sus antepasados y deidades que por el bienestar de los que aún viven.

El sistema de castas impone un particular ordenamiento social. Las tareas más denigrantes y peor pagadas se reservan a los Dalits (las castas de los intocables). En consecuencia, es muy común ver a hombres andrajosos tirando lentamente de pesados carros. Mientras que –por cierto– las vacas sagradas deambulan libremente por donde les place. Yo diría que alrededor del 40% de la población nepalí pasa más hambre que las vacas sagradas con las que cohabitan.

En Nepal existen 54 pueblos indígenas reconocidos oficialmente. Exceptuando a los newaris (la etnia oriunda del valle de Kathmandu), los pueblos indígenas sufren diversos grados de marginación, se encuentran absolutamente excluidos del sistema político y muy por debajo de la media nacional, ya de por sí lamentable, en los principales indicadores de desarrollo humano.

Más de la mitad de las mujeres son analfabetas. Una conocida ley hindú establece que las mujeres deben estar bajo el abrigo de sus padres cuando son jóvenes, de sus maridos cuando se casen y de sus hijos cuando enviuden. Siempre debe haber un hombre que las guíe.

Este es el caldo de cultivo que dio origen y nutre a la insurgencia maoísta. No es de extrañar, por tanto, que los maoístas cuenten con frentes y batallones autónomos, formados exclusivamente por Dalits, en el sur de mayoría hindú o por pueblos indígenas en el norte y centro del país. El 14 de Enero de 2006, un frente formado mayoritariamente por mujeres y dirigido por una de ellas, Ananta, asaltó con éxito la comisaría de policía de Thankot, la principal entrada a la capital y se incautó de todas las armas y municiones.

Pensándolo bien, sí parece que los excluidos de siempre están diciendo, desde hace ya 10 años:¡Basta ya!.

1 Comments:

Blogger Paulina said...

Todavía me parece increible que en pleno año 2006 queden sociedades con esa mentalidad tan arcaica, y machista...que bien que al fin comiencen a tomar cartas en el asunto... y espero que no se queden solo en el primer paso.

bueno saludos de esta navegante bloggera y gracias por tu visita, nos leemos, chao

5:11 p. m.  

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